martes, 24 de febrero de 2015

Poemas escorpianos


1

En la rueda del infortunio
bajo la luz de Antares
la octava casa de los doce
enciende sus velas
reza
“Del pie de Orión
de su eterna mordedura
Traigo esta semilla;
Moriré tantas veces como sea necesario”

Rojo es mi sino
donde el  sexo pule su piedra
de amor profundo
soy la hija del Pandinum emperator
el veneno
para los odiadores y amantes
porque vengo del agua ardo en las orillas
toda paz y toda guerra es intensa
mi sangre oscurece la carta lunar
soy bajo los techos del universo; la muerte
hija del guardián de la luna
la sed que agita los cuernos del toro


 2

Vengo de una noche
que trae otras noches
mi dios es único

Esta fe enciende
el sol intenso del escorpio




La muerte de Orión. Daniel Seiter



3


Mi signo mi flecha

La literatura vive en la casa 12

y el futuro
muerde de su cola
la víbora.



Sea que sea
esto que soy

cumplirá la promesa del profeta Esteban:
serás lo que debas ser
o no serás naranja/fanta
cúmplase lo dicho
Oráculo del señor
meñique del infierno.



4

Yo, Europa
nací en La Pampa
más allá incluso de los pastos que despeina el viento, lejos del equinoccio.
El sol se pierde en la recta línea que dibuja el llano
el horizonte devela el único presagio probable;
todo es desierto.

Así se cría una, oliendo en los pastos
las cosas que nunca tocará ni montando un pegaso criollo.
Pero veo los cuernos del toro
enredados en la soledad del aire
su ceguera que golpea
la puerta de Aldebarán.
Yo he visto al tauro
golpearse la cara
contra las cosas que nunca tuvo.



5

Soy del cosmos
la era del tiempo abierto
la completa nostalgia del futuro

un cienpies que avanza

a sólo paso.
El ojo de Thundera
brota en mi frente
poderoso y renegado
En velas negras
encienden
los caballos del fin
es la hora
y echarán a rodar el caos.


6

En esta mitad del mundo
acaricio el animal 
que sustenta toda razón
en esta tarde de té
de señoras grandes
que soban el humo del cigarro
en su casa de muñecas
abro la mano

y suelto sobre su mesa

el apacible veneno
del emperador negro


7

Tu sangre derramada por el tigre
es fértil 
cierra tu espamento
de joven ultrajada
lava tu rostro
en las aguas del Río V
Desborda
Acaricia el conejo
aliméntalo con hinojo fresco
obedece a la fecundidad
de su especie.
Se tu propio animal
entrega tu fémur más amado
y moldea en tu hondo barro 
la agilidad de tu imperfección
la exactitud de tu fracaso.



8

cuando pela el sol su fuego
las naipes donde leí 
el futuro 
arrastran al fin su sino.
Barajo las cartas
en la parra de las tres de la tarde
leo los mensajes de los moscardones
en la bolsa colgada con agua
le cuento las patas al tiempo
y se hace visible una verdad
inconclusa:
raja el sol
la tierra
y hace polvo
todos mis presagios.

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